El Parque Natural de ses Salines d'Eivissa i Formentera constituye un ejemplo paradigmático de la riqueza de la biodiversidad mediterránea. Su singularidad se basa en proporcionar un lugar de descanso y nidificación para la avifauna en sus migraciones.
Como espacio natural de especial interés engloba un conjunto de hábitats terrestres y marinos, con valores ecológicos, paisajísticos, históricos y culturales de primer orden a escala internacional que ha merecido su consideración como pieza clave en el reconocimiento de la Biodiversidad y Cultura de Eivissa como algo excepcional para la Humanidad, por la UNESCO el 4 de diciembre de 1999.
La artificialización de una antigua laguna marina ha dado lugar a un humedal que permite la instalación de la fauna más representativa del ámbito terrestre del parque: las aves. Se manifiesta así la posibilidad de compatibilizar la actividad económica (la extracción de la sal como productode las propias salinas) con la conservación de este entorno tan privilegiado.
En el Parque Natural se han censado hasta 210 especies de aves destacando las poblaciones de aves acuáticas como los flamencos (Phoenicopterus ruber), la cigüeña (Himantopus himantups), el tarro blanco o el chorlitejo patinegro.Entre las aves marinas cabe destacar la gaviota de Audouin y la pardela balear.
Otras especies destacables en ámbito terrestre son la lagartija pitusa, endémica de estas islas y con subespecies en los islotes.En el ámbito terrestre del Parque Natural acoge una magnífica representación de la mayoría de formaciones vegetales existentes en las islas Pitiusas, con unas 178 especies de plantas. Aparecen representados los pinares mediterráneos, los sabinares costeros, los salicorniares y la vegetación halófila que rodea las lagunas, así como los sistemas dunares y la vegetación litoral de los acantilados.
Las actuales Salinas, de época romana, siguen intactas y en funcionamiento hoy en día. En la Edad Media la isla fue conocida como la isla de la sal. Es un espacio humanizado desde hace siglos, pero ello no impide la presencia de abundantes especies amantes de la zonas húmedas. En el pueblo de La Canal, con casas de tipo colonial, podemos observar toda la infraestructura que permite cargar la sal en los barcos.
Además, también se puede observar no sólo los estanques salineros y la producción de sal acumulada durante el año, sino también diferentes tramos de las vías de lo que fue el único tren de la isla, uno de los avances que se dieron en la industria salinera y que supuso que el trabajo que realizaban numerosas personas y animales de tiro lo realizase una máquina de vapor.
Texto: Ajuntament de Sant Josep http://www.santjosep.biz/index.php?option=com_content&view=article&id=269&Itemid=167&lang=ca
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